jueves, 2 de febrero de 2012

Isla de Lobos una grata sorpresa


Esta semana está mi novia con la niña visitándome en Fuerteventura y aprovechando que ellas están aquí decidimos irnos de excursión a la isla de Lobos, cuando pensamos en ir realmente lo hicimos pensando más en que la niña se montara en el barco con el fondo de cristal que en si por la isla de lobos ya que pensábamos que en la isla estaríamos como mucho una hora, al final estuvimos más de tres. Pero la realidad fue bien distinta y resultó ser una excursión de lo más agradable y recomendable sobre todo para hacerla con niños.

Se llega a la isla de Lobos en un poco más de 10 minutos en un barquito que sale del muelle de Corralejo, al llegar a la Isla de Lobos desembarcamos con el barco en marcha y ayudados por el personal del barco, lo primero que se ve de la isla son 2 grandes careles uno explicando el porqué del nombre de la isla y en el otro un mapa de la isla también se ven los carteles indicando los senderos y distancias de la isla, un poco más atrás está el centro de visitantes.

Nosotros decidimos que ir por el sendero largo que lleva al faro, este pasa por el muellito que es una bahía natural que protege los barcos de los pescadores, aquí también hay varias casas entre ellas el bar/restaurante (no compramos nada por lo que no se los precios), seguimos por el sendero y llegamos a las lagunillas que son unas lagunas naturales de agua salada en las que se puede apreciar bastante vida. Dejando atrás las lagunillas entramos en una zona en la que hay tanto mal país como zonas arenosas, en estas zonas arenosas hubo algo que nos llamó la atención y es que había millones de cascaras de caracoles secos era como si fueran granos de arena un poco más grandes. Seguimos caminando y llegamos al faro, allí hicimos una parada que aprovechamos para comer algo y reponer fuerzas.

Después de este descanso nos dirigimos de nuevo hacia el embarcadero pero ahora decidimos hacerlo por el otro sendero corto que está marcado como parte del GR-131, la primera parte de este sendero si es un poco más aburrida para los niños pero enseguida nos encontramos con coladas de lava que tienen curiosas formas y un poco más adelante está el sendero que se desvía hacia la montaña más alta de la isla. No subimos principalmente por que se nos escapaba el barco, por lo que me queda pendiente una segunda visita para subir ya que si bien no tiene gran altura ni gran desnivel sí que las vistas desde arriba deben ser muy bonitas. 

Seguimos por el sendero y llegamos a otro desvío que lleva a unas antiguas salinas. Antes de llegar otra vez al centro de visitantes hay una playa muy protegida tanto del viento como de las olas y con el agua muy cristalina.

Realmente el sendero de ida y vuelta a un paso normal se puede hacer en un poco más de hora y media, pero nosotros que estuvimos parándonos cada poco para apreciarlo todo y que la niña lo disfrutara tardamos un poquito menos de tres horas pero como dije al principio realmente sorprendidos ya que no pensábamos que la isla fuera tan bonita y variada.

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